Volvió Inakayal. Los huesos del lonko habían permanecido Desvelados
demasiado tiempo en la vitrina de un Museo.
Volvió para descansar en la tierra.
Mis paisanos lo esperaban en Tecka. Puntuales estaban Allí: Fabiana y Silvia.
Las imagino celestes.
El frío en las polleras.
El corazón desandando la impaciencia
Las veo celestes.
De espaldas a la luna
Atentas a los signos de la tierra.
Sagradas y en silencio.
Por no perderse ni un latido.
Del tiempo aquel que regresó ese día.
A tocarles las manos y los ojos.
Y las halló tempranas
Sin esquivarles la mirada al viento.
Merecedoras del rumor en Chezungun
…Inakayal…lonko…piwke en remolinos
hasta aquietar la espera
del fondo azul recortó sus figuras y las traigo desde antes y hasta el
horizonte
Antiñir
Cayupán
Anay hermanas.